¿Cómo debe ser tu cepillo de dientes?

Esta semana lanzamos un tema muy importante y que nos ocupa a todos. Igual que para hacer una buena obra de arte necesitas unos buenos pinceles y buenas pinturas, para una higiene dental necesitamos un buen cepillo de dientes y un buen dentífrico.

No existe un cepillo de dientes que sea perfecto para todas las bocas, puesto que cada una es distinta y tiene unas necesidades específicas distintas. Por ejemplo, el tamaño de la mandíbula, la edad, la sensibilidad de las encías son aspectos que tenemos que tener en cuenta en el momento de escoger un cepillo de dientes.

¿Pero cómo puedo saber cuál es el mejor cepillo de dientes para mí?

• Según la edad: no es lo mismo una mandíbula de un niño de 4 años que la de una persona adulta. Es importante que en el caso de los niños tenga una sujeción sólida, un cabezal redondo y a la vez pequeño, puesto que nos permitirá cepillar todas las zonas de la cavidad bucal.
• Según la dureza de los filamentos: normalmente podemos encontrar 3 grados, de más a menos gruesos. Es importante comentar en este punto que un cepillado fuerte no indica que obtengas una mayor higiene y sea mejor para tus dientes al dar una sensación de arrastre mayor, justo al contrario, puede ser incluso perjudicial tanto para tu esmalte, como para las encías. En este caso nuestra recomendación es seleccionar aquellos cepillos con la menor dureza posible pero, que nos den una sensación de higiene total.
• Según el estado de nuestra boca: si se tiene encías sensibles,  si se está en periodo de recuperación tras una intervención quirúrgica bucodental o si se lleva ortodoncia, se tiene que utilizar un cepillo de dientes específico que te recomendará tu odontólogo. 

¿Eléctrico o no?

Depende. Lo más importante es que tú te sientas cómodo/a y tengas el hábito de cepillarse los dientes cada día (3 veces a poder ser). A partir de aquí escoge al que se adapte mejor a ti.

El cepillo manual:

• La opción más económica: es importante que escojas una calidad de cepillo media - alta. No todas las cerdas de los cepillos del mercado son iguales y por la diferencia de precio vale la pena tener un buen cepillo. 
• Portátil: sin necesidad de energía, cabe en cualquier neceser y puedes contar con él para cualquier viaje.
• Opciones a escoger: hay infinidad de opciones con colores, formas y también durezas. Puedes escoger el que mejor se adapte a ti.

El cepillo eléctrico

Indiscutiblemente tiene una capacidad de limpieza superior a uno manual. Hay muchos tipos de cepillos, pero los sónicos (hasta 20.000 pulsaciones por minuto) son una buena opción para mantener una buena salud bucodental. Especialmente para eliminar el sarro y la placa que se ha empezado a cristalizar.

Más tecnología, más comodidad: en los últimos años han salido cepillos que te avisan cuando tienes que cambiar de zona, el tiempo total del cepillado, modos de cepillado  e incluso algunos se pueden conectar con tu móvil. Que haga más cosas no quiere decir que sea más efectivo, pero sí que puede ayudarte a mejorar tus hábitos, que esto sí que es importante.

Como contra de los cepillos eléctricos, podemos decir que algunos son poco prácticos como para viajar con ellos debido a su tamaño. También son más caros aunque, desde nuestro punto de vista, vale la pena. Por otro lado, es necesario corriente, aunque actualmente un cepillo de dientes acostumbra a durar más de 30 días con una rutina bucodental completa. Finalmente, el tema de las baterías, algunos de los cepillos, los más simples, utilizan pilas de usar y tirar. Obviamente, no apoyamos este tipo de cepillos por causas sostenibles. Por unos pocos euros más puedes tener un cepillo con baterías recargables, mucho más sostenible. 

Si compras un cepillo eléctrico, recuerda que cuando se haya terminado su vida útil tienes que llevarlo al punto verde o a tu tienda de electrodomésticos de confianza para que entre en el círculo de reciclaje para convertirse de nuevo en un nuevo dispositivo.

El conocimiento es poder